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Escudo de Emelec
Auspiciantes

CAMPEONATOS

Emelec, el primer campeón

El orgullo del hincha emelecista en aquellos tiempos llevaba a este razonamiento… “Antes de Emelec nadie, después cualquiera…” Y es que Emelec fue el primer campeón nacional y había motivos para inflarse el pecho de satisfacción.

Fue precisamente en 1957, cuando los padres del fútbol resolvieron establecer un nuevo tipo de torneo en el que se incluía cuatro equipos de dos asociaciones, Guayas y Pichincha. Los campeones y vicecampeones de la costa y la sierra Emelec y Barcelona y Deportivo Quito y Aucas, respectivamente, que habían ganados sus respectivos torneos locales, jugarían un cuadrangular que tuvo como particularidad el no enfrentamiento de equipos de las mismas asociaciones. Emelec resultó campeón luego de una intensa campaña que se jugó en un mes, entre noviembre y diciembre de 1957. De los cuatro partidos que disputaron los eléctricos, que entonces era dirigido técnicamente por Eduardo “Tano” Spander, ganó tres y perdió uno, llegando a sumar seis puntos, con un gol diferencia de + 4 (8 a favor y 4 en contra).

Su primer triunfo lo logró en Quito frente al Aucas jugando en el estadio Municipal. Carusso y Balseca le dieron la victoria por 2-0. Una semana después, ante el mismo rival, pero jugando ya en el estadio Capwell, Emelec se impuso apretadamente por 4-3, con anotaciones de Raffo (2), Fernández y Romero. En el tercer cotejo midió al Deportivo Quito, también jugando como visitante, sufrió su única derrota por el marcador de 1-0. El partido de revancha en Guayaquil Pinto y Villa le dieron el triunfo por 2-0, lo que le valió para sacarle un punto de diferencia a su inmediato seguidor Barcelona que se quedó con el vicecampeonato.

Vale destacar que Emelec contaba en su plantilla con figuras de relieve, que jugaba un fútbol de filigrana. Destacaban entonces los goleros Cipriano Yu Lee y Lautaro Reinoso; los zagueros Jaime Ubilla, Raúl Arguello, Alberto Cruz Avila, Ricardo “Chinche” Riveros, Agustín Alvarez, Luis Montes y Humberto Suárez; los mediocampistas Jorge Lazo, Jorge Carusso, Bolívar Herrera, Rómulo Gómez y Tomás Gallegos; y los delanteros Natalio Villa, Carlos Raffo, José Vicente “Loco” Balseca, Daniel Pinto, Carlos Romero, Mariano Larraz, Jupiter Miranda, Jorge Fernández, Fulvio Rangel. Todos ellos hacían del fútbol de Emelec un espectáculo…

César Torres
emelec.com.ec

El regreso del “Ballet Azul”

Se jugaba la tercera edición del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol. Por aquello de las pugnas entre directivos de Guayas y Pichincha, el torneo no se jugó dos años. Un año después del reinicio, 1961, Emelec volvió a saborear lo dulce de ser campeón…

Y aunque el hecho tuvo un adicional que no empaña para nada la campaña de Emelec, que fue el más dotado técnicamente en la cancha, como es una decisión tomada en la mesa de sesiones de la Ecuafútbol que de carambola favoreció al cuadro azul. Resulta que sobre el Deportivo Quito, que igualó en 10 puntos con Emelec, y por lo tanto debían disputar partidos de ida y vuelta para definir el título, había una resolución pendiente de la Ecuafútbol por un reclamo del Patria… El cuadro “Chulla” hizo actuar un jugador que no estaba inscrito ante los “patriotas”, por lo que la dirigencia resolvió quitarle los puntos al Deportivo Quito y cederlos al Patria. Como ya se había jugado un cotejo por la definición del título entre Chullas y Eléctricos la Federación decidió declarar nulo este cotejo y dar como campeón a Emelec…

Para lograr esta nueva corona, Emelec tuvo que alzarse con tres triunfos, cuatro empates y sufrir una sola derrota. Sumó 10 punto de los 16 que disputó. Vale anotar que el torneo, si bien tuvo innovaciones, la modalidad de confrontaciones fue igual a la de sus inicios, no se enfrentaron equipos de las mismas asociaciones.

De aquel equipo que lograra el primer título en 1957, en este de 1961 dirigido técnicamente por un ex jugador de Emelec como Mariano Larraz, sobrevivían importantes figuras, tales son los casos de Yulee, Arguello, Cruz, Avila, Gómez, Balseca, Raimondy y Raffo. Ante la ausencia de quien sería considerado luego el mejor jugador de todos los tiempos de Emelec, Jorge Bolaños, que estaba actuando en las categorías menores de River Plate de Argentina, se dio la aparición de Galo Pulido, quien se convirtió en el generador de fútbol del equipo. Junto a Raffo el goleador eterno y el uruguayo Eustaquio Claro Santander, un volante con don de mando y auténtico líder; y los experimentados, Emelec mantenía la tradición de hacer del fútbol un “Ballet Azul”.

La plantilla de este año la integraban el arquero Cipriano Yu Lee; los defensas Jaime Ubilla, Walter Arellano , Alberto Cruz Avila, Raúl Arguello, Juan Mosquera y Encalada; los volantes Eustaquio Claro Santander (uruguayo), Rómulo Gómez, Oswaldo Balduzzi (argentino) y Carlos Pineda; los delanteros: José Vicente Balseca, Galo Pulido, Carlos Raffo (argentino), Enrique Raymondi, Juan Moscol, Orlando Larraz (argentino), Gallegos, Clemente De la Torre y Barrezueta.

César Torres
emelec.com.ec

 

Un cuadro poderoso

Se habían cumplido siete años desde que Emelec consiguió su última corona. Años de frustraciones después de aquel título de 1965, que terminaron en 1972 cuando se logró armar un poderoso equipo que mostró equilibrio durante toda la temporada para alcanzar el cuarto cetro para la institución millonaria.

Dirigidos por Jorge Lazo Logroño, Emelec volvió a su tradicional línea de fútbol atractivo, sin rebusques defensivos, ni tácticas que limiten el sentido creador del futbolista. Fútbol para atacar y celebrar el gol. Para esto contaba con un plantel de lujo, que se fue transformando en conjunto en el curso de la competencia. Ahí se anotan los nacionales Rafael Guerrero, Jesús Ortiz, Jefferson Camacho, Julio Bayona al que Lazo le descubrió la función de defensivo-atacante, Juan Tenorio, Marcos Guimi y Felix Lasso. El aporte extranjero era de primera, cuatro uruguayos con mucho fútbol: Eduardo García, quien le daba confianza a su zaga con su solvencia bajo los tres palos; José María Piriz, un central con don de mando; Eduardo De María, con personalidad y lleno de talento, y Luis Lamberk, creación y genio en el mediocampo. A los charrúas se sumaban dos argentinos, Pedro Prospiti, un talentosos volante, y Oscar Stortti, luchador más que buen jugador…

Uno de los atributos descollantes de este cuadro campeón fue imponer su propia línea de juego, sin dejarse arrastrar por lo que hacía o dejaba de hacer su adversario. El mérito fue arriesgar, hasta ser astuto. En este papel resaltó la categoría de su golero. Eduardo García resultó ser el mejor de la competencia oficial. Como anécdota, “El Ñato” era el único arquero con el que contaba Emelec, no había un suplente. García tenía buena vista, manos seguras, salidas atinadas, sabía atorar a los atacantes y cerraba bien los ángulos. Estuvo en casi la totalidad de los cotejos del torneo.

Vale anotar que para este año, el campeonato se jugaba bajo una nueva modalidad, con nuevos participantes y permitiendo el enfrentamiento de equipos de la mismas asociaciones. Además que se jugaba una liguilla. Ese año la jugaron Emelec, Barcelona y El Nacional. El cuadro eléctrico para ser campeón le ganó 5-1 a Barcelona y perdió con el mismo equipo 2-1, derrotó en Guayaquil 1-0 y empató 2-2 en Quito con El Nacional.

El cuadro campeón contó con el siguiente plantel: Eduardo García, arquero: Guillermo Echeverría, José María Píriz (uruguayo), Jefferson Camacho, Jesús Ortiz, Juan Saeteros y Alfedo Alvarado, defensas; Julio Bayona, Eduardo De María (uruguayo), Pedro Prospiti (argentino), Roberto Tomalá, Jorge Pantaleón, Jorge Espín, Freddy Huayamabe, Oscar Storti (argentino) y Jaime Pineda, mediocampistas; Juan Tenorio, Féliz Lasso, Luis Lamberk (uruguayo), Marco Guime y Colón Villalva, delanteros.

César Torres
emelec.com.ec

 

 

Un justo campeón

Se dijeron tantas cosas de este título, que Emelec lo ganó en el tapete, que la dirigencia azul metió dinero; pero nada más alejado de la verdad. Aquel 1979, el cuadro eléctrico armó una plantilla de primer nivel que en todas las canchas ratificó la categoría de sus individualidades y lo homogéneo y espectacular de su equipo.

Tuvieron que pasar siete años y nuevamente tuvo que ser un ex jugador, ahora director técnico, quien le diera la quinta corona a la institución azul. Eduardo “Ñato” García reemplazó a Reinoso y pasó a ocupar un cargo diferente, cuando aún vestía de corto. Conocedor de la intimidad del camerino azul mejor que nadie, García logró armar un once de primer nivel en el que brillaron los argentinos Miguel Angel Onzari, garantía en el arco por su fortaleza, intuición, ubicación y visión para llegar a las pelotas más difíciles; Juan Manuel Sanz, zaguero central de enorme personalidad, zurdo de buen manejo, bravo y certero en el juego aéreo; Carlos Horacio Miori, veloz, luchador, dotado de mucha técnica en su pierna izquierda, un neto artillero que ratificó su categoría al final del torneo consagrándose como el máximo goleador.

A esta trilogía se sumaron los uruguayos naturalizados ecuatorianos Luis Lamberk, quien dejó el equipo a mitad de año y Juan Carlos Gómez; también el brasileño nacionalizado Nelsón Matilde Miranda “Nelsinho.

Pero la verdadera fuerza y buen fútbol estaba en la potencia de Lupo Quiñónez, dupla incontenible en el ataque junto al “Frentón” Miori; el talento y el fútbol de lujo de Ricardo “Bocha” Armendáriz y Carlos Torres Garcés, la fuerza y coraje en la marca de Jorge Valdez y la entrega, sacrificio y buen fútbol de “Carita” Gómez en el mediocampo. La zaga la completaron los jóvenes laterales Marcelo Rodríguez, poseedor de un potente remate en pelota quieta, Miguel Cedeño de buena marca, y Alberto Montaño, recio zaguero que jugó en el centro de la zaga junto a Sanz.

El campeonato tuvo un final envuelto en una serie de discusiones, por el partido que disputaban en Manta el cuadro local y el Emelec, que tuvieron sus orígenes cuando el Manta FC decidió utilizar su uniforme alterno con camiseta blanca, similar al uniforme alterno de los eléctricos. La gente del Manta se negó a cambiar la camiseta y utilizar el uniforme titular. Transcurrido 30 minutos, en vista de que no hubo acuerdo y que había expirado el tiempo de espera de acuerdo al reglamento, el árbitro uruguayo Filippi dio por terminado el partido. Para no decepcionar al aficionado se jugó un amistoso que ganó el Manta 2-1. La polémica siguió en la Ecuafútbol, quien falló para que se juegue un nuevo cotejo. Emelec llegó a Manta y con goles de Lupo derrotó a los locales 2-0. Lo del “camisetazo” sólo fue una mentira con la que se quiso perjudicar a Emelec, quien a lo largo del torneo demostró que fue el mejor equipo del campeonato…

 

Vuelve el fútbol, vuelve la alegría

Los hinchas azules jamás olvidaran el año 1988. Luego de nueve años de derrotas, frustraciones, conflictos y de no haber conseguido un campeonato desde 1979, Emelec se cobró con creces la revancha esperada y obtuvo todos los títulos que disputó en esa temporada.

Para empezar, una de las páginas más brillantes la escribió el 29 de mayo de 1988. Ese día los eléctricos conquistaron la Copa Guayaquil, luego de vencer 1-0 a Barcelona, que había organizado una gran fiesta para inaugurar su estadio.

Días antes, Emelec había tenido su reaparición internacional con una acabada demostración frente a Peñarol. Con una sensacional actuación de Avilés, que marcó los golazos, los azules batieron 2-1 a los campeones de la Copa Libertadores de 1987 y abrían las primeras esperanzas a una fanaticada que hacía años que no conocía halagos. Fue tan convincente esa actuación, que periodistas y simpatizantes eléctricos aseguraban con anticipación: “Si Emelec juega así durante el Campeonato Nacional, se lleva el título de largo”.

Y, en efecto, así ocurrió. Pero todavía había mucho camino por recorrer y mucho sufrimiento de por medio. El golpe más duro del año fue la renuncia de Angel Castelnoble, por motivos nunca bien aclarados. Sin embargo, Juan Ramón Silva su sucesor, al encontrar un equipo encarrilado, mantuvo los esquemas y el cambio de timón no produjo traumatismos.

Pero para llegar, primero a Copa y luego al título, el equipo vivió en la cancha momento de drama. El 6 de noviembre Emelec enfrentó a Barcelona en el Monumental, en el último minuto Falero no llegó a topar una pelota que cruzó el arco desguarnecido de Carlos Morales. En la réplica, Urlin Canga le cometió penal a Holger Quiñónez. Barcelona se sentía ganador, pero Baldriz contuvo el disparo a Toninho. El partido terminó en empate y Emelec superó el obstáculo más difícil en su camino hacia la Copa que le abría paso también para llegar a la corona. Lo paradójico de la historia fue que los triunfos más importantes de 1988, los consiguió Emelec en la casa de su tradicional adversario, Barcelona. Ahí se reencontró con la gran competencia internacional, ahí conquistó la Copa Guayaquil, ahí dio el paso decisivo hacía la Copa Libertadores con el penal que atajó Baldriz a Toninho, ahí consiguió la clasificación a la misma al vencer a U.Católica y ahí logró la victoria por KO sobre D.Quito, que fue la base del título de campeón obtenido con el empate en el estadio Atahualpa el 27 pasado.

Para este campeonato Emelec contó con una cuota foránea importantísima, escogida por quien fuera figura de Emelec y campeón como jugador y técnico, Eduardo “Ñato” García. Llegaron el arquero Xavier Baldriz, el volante creativo Rubén Beninca y el mediocampista defensivo Miguel Falero. Ellos, junto a figuras que fueron de la selección nacional, como son los mediocampistas Kléber Fajardo, Enrique Verduga y José Federico Minda, los delanteros Jesús Cárdenas y Raúl Avilés y el defensa Urlin Cangá quien era el capitán, lograron formar un equipo de mucho fútbol. La formación base era con Baldriz; De Negri, Cangá, Fajardo y Fraijó; Falero, Verduga, Minda y Beninca; Cárdenas y Avilés. De lujo.

César Torres
emelec.com.ec

 

Campeón con grandeza

Iván Hurtado, joven zaguero central que hizo su aparición en la selección jugando el preolímpico de Paraguay le daba vuelta a la historia de fracasos que por espacio de cinco años sufrió Emelec. Antes de este título de 1993, los azules fueron campeones en 1988, con un equipo que se paseó en todas las canchas jugando el buen fútbol que siempre le caracterizó a Emelec, era el cuadro del técnico Juan Ramón y los Avilés, Beninca, Cárdena, Bladriz, Fajardo, Verduga, entre otros…

Con un cuadro parejito en el que su técnico, el argentino Salvador Capitano, logró conjugar la experiencia de quienes habían saboreado el éxito cinco años antes y los jovencitos que venían de triunfar en el preolímpico y que fueron adquiridos sus pases un año antes por el directivo Nassib Nheme, Emelec basó su éxito fundamentalmente en el grupo de jugadores que quisieron ser profesionales y creyeron en sus condiciones, que contó con el respeto de la dirigencia y el respaldo del cuerpo técnico.

Aquel grupo venía trabajando ya con el “Toto” dos años y en 1992 el título se les escapó de las manos. A los Verduga, Fajardo y Cárdenas, sobrevivientes del título del 88, y al mejor jugador del equipo, el lateral izquierdo Luis Capurro que había sido adquirido por el mismo Nehme en 1989, se habían unido los preolímpicos Jacinto Espinoza, Iván Hurtado, Máximo Tenorio y Angel Fernández. Además del joven lateral derecho ascendido de las categorías menores Dannes Coronel y os extranjeros, los argentinos Marcelo Benítez, un mediocampista de buenas condiciones técnicas, pero intermitente; Roberto Oste, delantero que le dio goles importantes, especialmente en los clásicos; y Marcelo “Pepo” Morales, sin duda alguna el mejor, por tratarse de un volante de ida y vuelta, bravo, con mucha marca y buena habilitación, además de poseer un remate con pierna derecha que le dieron muchos triunfos a Emelec.

Y la historia de este título se repetía en el partido final como hace 13 años, enfrentando a un equipo de Manta, en este caso el Green Cross, y en el estadio Jokay ante un lleno completo. Nada sirvió para frenar el ímpetu ganador del once de Capitano. La victoria no hizo más que confirmar la superiodidad de un conjunto de mayor categoría, que esta vez tuvo lo que no mostr¢ en otras presentaciones, temple, vitamina “H”. Se ganó con hombría y fútbol.

Un golazo de Iván Hurtado, valió para rubricar una campaña en la que pese a la irregularidad mostrada por todos los equipos, Emelec practicó mejor fútbol y fue el más regular.

Sin duda alguna que el artífice principal de este nuevo logro, Salvador Capitano, técnico argentino, polémico, controversial, a veces incomprendido pero por encima de todo, ganador. Pidió dos años para cumplir su objetivo y cumplió…

César Torres
emelec.com.ec

 

El primer bicampeonato

Enero de 1994, fue el inicio de un año difícil por todo lo que acontecería con el pasar del tiempo, lleno de fracasos y triunfos, problemas internos entre directivos y cuerpos técnicos, pero pese a todo sin dejar de costado el firme objetivo de ser campeones.

Se iniciaba la temporada con la elección del presidente del club. Terciaban Nassib Nehem Antón, y Enrique Ponce Luque. Un “Don Peche” triunfante que tuvo como presidente de la comisión de fútbol a Fernando Aspiazu, ratificaba al cuerpo técnico campeón de 1993 que encabezaba Salvador Capitano y reforzaba al equipo con la incoproración de los extranjeros Juan Carlos Almada y Rubén Pico, al tiempo que se separaba del plantel a Jesús Cárdenas, Luis Castillo y Xavier Medina.

Con el pasar de los días problemas iban y venían entre dirigencia y Capítano, que no aceptó la separación de los jugadores ni tampoco la inclusión al equipo del brasileño Edú, así como que no se haya aceptado realizar una pretemporada en Manta.

El plantel vivía momentos de incertidumbre y era un hecho que Capitano saldría del equipo. Pero entre los problemas, los jugadores siempre estuvieron unidos, incluso se mostraba como un cuadro compacto en el que las contrataciones extranjeras –unidos a los anotados Oste y Pepo Morales-, con excepción de Almada, se habían acoplado fácilmente al elemento nacional.

Concretada la separación del técnico, llega Mario Zanabria, quien en poco tiempo implantó un sistema de juego rápido y elegante con el que Emelec logró clasificar en Copa Libertadores eliminando a los peruanos Universitario y Alianza Lima y a Barcelona; pero queda eliminado en la segunda fase ante el Minerven de Venezuela. Para esto Emelec clasifica a la Liguilla del campeonato sin bonificación lo que no es del agrado de la dirigencia que despide al técnico.

Emelec que había perdido toque y profundidad, que tuvo más puntos malos que buenos, se zafó de la presión incorporando a sus filas a un hombre muy carismático, que arrastraba simpatía y contrató a Carlos Torres Garcés.

En un principio las variantes que experimentó el “Palillo” no fueron acertadas; pero lo positivo de todo es que con el “Palillo” no hubo “vacas sagradas” y quien no andaba en un buen momento iba a la banca. Esto sirvió sin duda para que el jugador se entregue más y no crea que tiene el puesto comprado. De a poco Emelec fue agarrando ritmo, acopló sus piezas y empezó a llevarse de largo a sus rivales. Para ellos realizó una preparación en la altura de Quito para los partidos decisivos en el cierre del campeonato, en el Atahualpa ganó un cotejo, empató dos y perdió uno. Emelec fue el equipo que más puntos acumuló y más goles anotó a lo largo de la temporada. El bicampeonato era lo más justo.
La base del equipo campeón la conformaban los arqueros, Jacinto Espinoza, Emilio Valencia y Alex Cevallos; los defensas, Dannes Coronel, Iván Hurtado, Máximo Tenorio, Augusto Poroso, Luis Capurro, José Minda, Héctor Ferri, Angel Hurtado; los volantes, Kléber Fajardo, Enrique Verduga, Eduardo Smith, Ivo Ron, Jorge Batallas y Vidal Pachito; los delanteros, Angel Fernández, Luis Castillo, Eduardo Hurtado, Humberto Garcés, entre otros.

César Torres
emelec.com.ec

 

Vuelta olímpica en casa

Como en 1972, cuando consiguió el cuarto título de su historia, en este del 2001, que se convirtió en la novena corona, tuvieron que pasar siete años para saborear las mieles del éxito que no la sentían desde 1994…

Pero más años pasaron desde aquella tarde que Emelec dio por única y última vez, la vuelta olímpica en el estadio George Capwell. Antes de este título, los eléctricos se dieron el gusto de festejar con su hinchada en 1957, año en el que logró consagrarse como el primer campeón del fútbol ecuatoriano. Fueron 44 años de espera, de ahí qué el merecido festejo en la cancha de todo un pueblo azul que gritó a más no poder !Campeón!

Pero este título, como todos, tiene su historia, la de un reconocimiento al cuadro que supo hacer mejor las cosas en los momentos decisivos, en las instancias finales, la Liguilla, que paradójicamente la inició perdiendo con una goleada contundente que le propinó El Nacional por 6-0 y un empate en casa 0-0 ante Espoli. Pero ganó los clásicos, en el Monumental y en el Capwell, lo que valió para reverdecer esperanzas. A partir de ahí, Emelec supo sumar puntos importantes y ganó en la capital al Deportivo Quito por 3-0 e hizo respetar su estadio en los restantes cotejo, incluso en el decisivo, en la fecha final del torneo, ante El Nacional, a quien sólo le bastaba un empate para ser campeón, pero Emelec le ganó 1-0 con gol de Juárez.

Lo sorprendente del caso, fue la positiva reacción del equipo, que pocos días antes venía de perder por penales la final de la Copa Merconorte ante el Miloonarios de Colombia . Por eso hay que destacar los nombres de estos hombres que aquel año le dieron muchas satisfacciones a sus seguidores.

El primero, su técnico, Carlos Sevilla Dalgo, quien logró vencer sus temores que le tenía a las finales para conducir con seguridad y conocimientos a sus jugadores. Fue también el año de los Viteri, jovencito que le dio seguridad a la portería; de Carlos Quiñónez, Luis Zambrano, Augusto Poroso y John Cagua, baluartes en la defensa; de Wellingthon Sánchez y Moisés Candelario, volantes que no estuvieron en el partido final por lesión, pero que durante el año aportaron jerarquía, goles y mucho fútbol. De sus compañeros, Carlos Hidalgo, Richard Borja, Walter Ayoví, jovencitos con garra y fútbol; de Moisés Cuero, y los argentinos Cristian Gómez y especialmente Carlos Juárez, goleador y líder de este equipo campeón. A ellos se anota también, la experiencia de Wilson Carabalí, el despunte de Juan Triviño, las ganas de Otelino Tenorio y Rorys Aragón, la constancia de Aguirre y la potencia de Pavel Caicedo.

César Torres
emelec.com.ec

 

El segundo bicampeonato

Fue el título más sufrido que consiguiera equipo alguno en los últimos años. Fue el segundo bicampeonato en la historia del cuadro eléctrico, por algo entonces tuvo ese tinte especial. Solamente los más fervientes hinchas de Emelec, los fieles seguidores de siempre que coparon el estadio Capwell, se aferraban a la mínima opción que tenía su cuadro azul, que dependía de otros resultados para alzarse con la corona, lógicamente a más de ganar su partido de local ante el Aucas, un hueso que se hizo duro de roer hasta el minuto final…

Ni los dirigentes de La Federación Ecuatoriana de Fútbol, creían que el título se quedaría en el Capwell, tanto así que se llevaron el trofeo y las medallas a Quito, donde jugaban los más opcionados: El Nacional. que necesitaba ganarle al Deportivo Quito; y Barcelona, que también urgía por un triunfo ante Liga. Emelec por su parte debía ganar y que Barcelona y El Nacional no lo hicieran. Se dio al final, pero el sufrimiento azul fue tal, que faltando apenas segundos para que concluya el partido ante los orientales, su capitán Augusto Poroso marcó un gol de antoligía, de chilena, era el 2-1 que por su calidad y belleza, no merecía menos que un cetro… A tiempo que El Nacional perdía en su estadio por 4-1 y se seguían jugando cerca de 10 minutos en Ponceano. Mientras tanto en las tribunas, el gramado y en la intimidad del camerino azul se veían las más extraordinarias muestras de amor a un club. Hinchas rezando arrodillados en el césped, otros cumpliendo promesas, muchos llorando, hasta que el árbitro que dirigió el cotejo Liga-Barcelona dio por terminado el partido con el marcador 0-0.

Entonces el pueblo emelecista festejó el triunfo de un equipo que le dio la más grande alegría a su hinchada que no estaba feliz únicamente por el bicampeoneto, sino también porque le quitaban el caramelo de la boca a Barcelona, hasta antes de esta fecha el más opcionado.

Aquel histórico título, tuvo como técnico al argentino Rodolfo Motta, que había retornado para armar un cuadro competitivo, que juegue fútbol, pero que también sea bravo. El once que alineó Motta en esta fecha final es inolvidable. En el arco volvió a ratificar su clase, ya con más experiencia, Daniel Viteri. La línea de cuatro de zagueros estuvo compuesta por juventud y experiencia con Carlos Quiñónez, Augusto Poroso, Luis Zambrano y Wilson Carabalí; el mediocampo fue el punto de equilibrio donde brillaron Carlos Hidalgo, Richard Borja, Walter Ayoví y Wellingthon Sánchez; y el ataque no podía ser mejor con un Carlos Juárez inspirado y un Otelino Tenorio luchador.

César Torres
emelec.com.ec

 

Emelec, el mejor del mundo en 2010

En junio del 2010 se dio un hecho histórico, nunca antes visto en el fútbol ecuatoriano, cuando la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS), por sus siglas en inglés y adscrita a la FIFA), designó al CS Emelec, como el mejor equipo del mundo en el mes en mención.

Desde el 2000 la IFFHS viene realizando mensualmente este tipo de destacables menciones, galardones que también han sido ganados por clubes como el Real Madrid y el FC Barcelona de España; Chealsea, Arsenal y Manchester United de Inglaterra, AC Milan y Juventus de Italia y el Porto de Portugal.

El equipo azul, que entonces era dirigido técnicamente por el argentino Jorge Sampaoli, venía cumpliendo una racha sin derrotas y jugando un fútbol de gran nivel, lo que le valió para terminar como ganador de la I Etapa del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol y a su vez clasificar a las copas Libertadores y Sudamericana del 2011.

Fueron prácticamente tres meses que el equipo eléctrico no conoció la derrota, empezando un 25 de abril del 2010 cuando le ganó 1-0 a El Nacional, en el entonces estadio Capwell, hoy Banco del Pacifico, hasta el 27 de junio que ganó la etapa inicial del torneo, con 46 puntos en 22 partidos jugados, gracias a sus 14 triunfos, cuatro empates y cuatro derrotas, siendo poseedor además de la delantera más goleadora del torneo con 37 anotaciones.

Con todo esto, Emelec también escaló 12 puestos en el ranking de la misma Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS), pasando de la posición 78 a la 66, con 144 unidades.

Vale destacar que el ni siquiera Liga de Quito, que ganó la Copa Libertadores en 2008 y la Sudamericana en 2009, no ha sido considerado entre los mejores del mundo del mes, según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS).

Con respecto al tema, así detalló la IFFHS la designación en su portal:

“El Mejor Club del Mundo en el Mes de junio ha sido el CS Emelec Guayaquil. Este equipo de Ecuador sumó la mayor puntuación (18) y mejoró desde la plaza 78 a la  66 en el Ranking Mundial de Clubs. El Club Sport Emelec ganó todos sus seis partidos de liga y es el campeón anticipado del torneo de Apertura de la Primera División, contando con Jaime Ayoví, de 22 años de edad, -marcó seis goles en liga en el mes de junio- como nuevo top delantero.”

Emelec, Campeón 2013

Tuvieron que pasar once años para que Emelec vuelva a saborear las mieles del éxito, coincidentemente consiguiendo su undécimo título nacional, cumpliendo una campaña sencillamente extraordinaria y en la que se ciñó la corona una fecha antes de que concluya el campeonato.

Se jugaba la fecha 21 de la II Etapa, un domingo 1 de diciembre del 2013, aquel día que Emelec empataba sin goles con el Manta, aunque con un penal errado por Stracqualurs, y conseguía por primera vez un campeonato en la cancha del Reales Tamarindos de Portoviejo, sin definir el título con rival alguno, debido a que también había ganado la I Etapa…

Emelec venía siendo hace varias temporadas uno de los equipos más regulares del torneo, llegando incluso a disputar dos finales, ante Liga de Quito en 2010 y con D.Quito en 2011… Lo paradójico del caso es que en ambos torneos, Emelec fue el equipo que mayor cantidad de puntos sumo al término de cada temporada.

Pero más allá de las caídas en las finales, Emelec venía cumpliendo un proceso en el que se mantuvo el cuerpo técnico y jugadores claves, que luego le darían enormes satisfacciones a la dirigencia e hinchada.

Dirigidos por el argentino Gustavo Quinteros y teniendo como base futbolistas de enorme categoría y profesionalismo como Esteban Dreer, Gabriel Achilier, Óscar Bagüí, Pedro Quiñónez, Fernando Gaibor y Enner Valencia, más la cuota extranjera integrada por el paraguayo Fernando Giménez y los argentino Marcos Mondaini, Christian Nasuti y Denis Stracqualursi, se cerraba un año de éxito, consiguiendo su cuarto título en una ciudad que no es la suya, antes lo fue en Manta (1979 y 1993) y en Quito (1988).

El once que utilizó ese día Quinteros fue con Esteban Dreer en el arco; Gabriel Achilier, Cristian Nasuti, José Luis Quiñónez y Óscar Bagüí, en la defensa; Fernando Gaibor, Osbaldo Lastra, Enner Valencia y Cristian Alemán, en el mediocampo; Marcos Mondaini y Denis Stracqualursi, en la delantera. Además contó con jugadores como Pedro Quiñónez, Ángel Mena, Marcos Caicedo, Miller Bolaños, John Narváez, Robert Burbano, Javier Klimowic, Cristian Arana, Marlon De Jesús, entre otros.

2014, el tercer bicampeonato azul

Mejor forma de que llegue la corona número 12 a huestes azules, no podía existir. Fue el momento para ratificar porqué Emelec es el mejor equipo a lo largo de la temporada, enfrentando al archirrival en la final y demostrándole que fue superior futbolísticamente siempre.

El 3 a 0 solo fue la ratificación del once que mejor juega al fútbol y haciendo notar porqué en su cancha, con excepción de un par de resultados negativos en 44 fechas, que fue el mejor local.

Pero Emelec no solo fue un gran equipo, fue además una institución bien manejada, con una directiva seria, trabajadora y honesta. El resto llegó por añadidura, contratando un técnico como Gustavo Quinteros, un ganador por excelencia y respetuoso del fútbol exquisito y ofensivo. Teniendo individualidades importantes a lo largo de la temporada, como Miller Bolañosy Ángel Mena, para citar los mejores ejemplos, quienes en las finales fueron figuras indiscutibles, ambos marcando dos goles, que valieron para empatar 1-1 (Mena) en el Monumental y ganar 3 – 0 (Mena y Bolaños 2) en el estadio Banco del Pacífico.

Pero recordemos el partido del título donde Emelec dio cátedra de buen jugar, cátedra que la dio en todos los clásicos del año que jugó, lamentablemente sin la suerte de convertir; pero estos eran los clásicos decisivos, donde debería aparecer la jerarquía.

Primero en el Monumental, ante 60 espectadores amarillos, sin hinchada azul, donde empezó ganando y solo cuando faltaban dos minutos para que concluya el partido, llegó el empate local, más por un descuido de la zaga que por dominio local. Y luego en el Banco del Pacífico, ante 28 mil fieles hinchas azules, dando cátedra de toque seguro y contundencia ofensiva, aquella que le había faltado en los tres clásicos anteriores. Fue tanta la superioridad de Emelec sobre Barcelona, que hubo minutos en que llegó a trocar la pelota 45 veces…

Emelec tuvo nuevamente en Bolaños y Mena, sus grandes figuras en ataque… Se conocen tan bien en la cancha que juegan de memoria y cada llegada sobre la portería de Banguera era como cuchillo en mantequilla. No por nada los tantos de la goleada llegaron de los pies de los mejores jugadores de la cancha.

En el arco Dreer atajó lo poco que generó el cuadro rival. Un remate de Velasco de aproximadamente 30 metros y otro de Suárez que detuvo sin complicaciones. La zaga azul terminó complementándose en el útlimo cotejo, teniendo en Guagua y Achilier enorme seguridad para no permitirle especios oibres a Blanco y ganar todos por arriba. Bagui y Giménez por el costado izquierdos no solo que llegaron en ataque constantemente, también le cerraron los espacios a Velasco… El trabajo de corte con Lastra y Pedro Quiñónez fue muy positivo, porque de sus pies también hubo creación y no solo marca.

Jugando así, los goles tenía que llegar… Primero Mena, aprovechando una pelota que quedó suelta en el área chica y definiendo con frialdad sobre Nazareno y Banguera… Y después dos veces Bolaños, una de cabeza y otra empujándola con pierna derecha, ambas tras habilitaciones de Mena.

Emelec consigue su tercer bicampeonato en la historia del fútbol ecuatoriano, 1993-94, 2001-2002 y 2013-2014. Sin dudas, el título está en las mejores manos, o más bien en los pies de los que mejor fútbol practicaron a lo largo de la temporada. Salud Campeones…
Para este choque Quinteros formó con Esteban Dreer en el arco; John Narváez, Jorge Guagua, Gabriel Achilier, Óscar Bagüí en la zaga; Osbaldo Lastra, Pedro Quiñónez, Fernando Giménez, Robert Burbano (Marcos Mondaini, 63’), en el mediocampo; Ángel Mena, Miler Bolaños en delantera.

2015, el primer tricampeonato

Por primera vez en su historia, el CS Emelec, consigue un tricampeonato, 2013,2014 y 2015, y lo hizo jugando de visitante el partido perfecto, en la segunda final, frente a Liga de Quito.

 El empate sin goles en “Casa Blanca” le daba el tercer título consecutivo, después de cuatro días de haber conseguido una victoria de “local” por 3-1.

El técnico argentino Omar De Felippe no solo supo escoger las piezas para encarar este partido y mantener la ventaja lograda en Portoviejo, sino también hacer que se muevan como quería, haciendo un juego inteligente en donde la actitud, la personalidad, la jerarquía, el orden y el buen fútbol, fueron entre otras, las claves para conseguir el resultado que se necesitaba para alcanzar la corona 13.

Y vale la pena destacar, no solo el trabajo de este equipo que volvió a ser solidario, sino las individualidades, una por una, empezando por su técnico De Felippe, un estratega que supo mostrar su categoría, personalidad y hasta la tranquilidad necesarias para encarar los momentos más complicados y nunca dejó caer al equipo pese a la adversidad; además de su conocimiento técnico, táctico y estratégico para ganar partidos.

Y qué decir del golero Esteban Dreer, que si bien ha tenido un gran año y muestra regularidad en los partidos que juega, en las finales saca la jerarquía necesaria para ganar títulos. Descolgó un par de cabezazos y dio seguridad a una defensa que se rompió ante la avalancha, por momentos sin orden, que fue Liga; además de haber atajado un penal decisivo en el cotejo de ida en Portoviejo.

En el bloque defensivo fue brillante la labor, tanto como línea de zagueros como de manera individual… El año anterior ya lo habían sido los cuatro, John Narváez, Jorge Guagua, Gabriel Achilier y Óscar Baguí… En este la experiencia adquirida pudo más que el deseo de los atacantes “albos”… Narváez, pese a su vértigo y por momentos apresuramientos, cuando tiene que mostrar jerarquía lo hace, prácticamente no dejó que Morales realice su trabajo. La dupla Guagua – Achilier, casi sin errores y mostrando un entendimiento destacable; además de carácter y fútbol… Y qué decir de Óscar Bagui, a sus 30 y más años, corriendo como un juvenil, metiendo pierna y siendo salida constante por el costado izquierdo…

En el mediocampo la dupla que terminaron haciendo Pedro Quiñónez y Fernando Gaibor es para el aplauso… La experiencia y el presente… Dos volantes mixtos que no solo se dan tiempo para marcar sino también para generar fútbol.. Luego viene Fernando Giménez, un reloj por el costado izquierdo, de ida y vuelta y atrevido para pisar el área cuando tiene que hacerlo… Por la derecha uno de los jugadores más desequilibrantes del campeonato, que sabe cuándo y cómo amarrar el partido, Marcos Mondaini…

Después viene la dupla en ataque más difícil de frenar, Ángel Mena y Miller Bolaños, marcaron goles decisivos y fueron desequilibrio constante y le dieron a Emelec goles importantes para ir armando el camino que llevó al equipo de De Felippe al tricampeonato… A ellos se suman otros que cuando fueron utilizados respondieron, casos Pinillo, Mina, Charcopa, Herrera, Rolón, Escalada, Klimovic, Arana, José Luis Quiñónez, Corozo, Angulo, Jaime, Noboa y todos los juveniles que fueron utilizados, entre otros.

Un párrafo aparte para quienes no están en la cancha, pero desde afuera son los responsables de hacer de esta institución la mejor del país, la dirigencia… A la cabeza Nassib Neme Antón, sin duda el mejor directivo del fútbol ecuatoriano…

Campeones nuevamente en Manta

Al igual que en 1979 y 1993, la ciudad de Manta vio proclamarse Campeón al Club Sport Emelec la tarde del domingo 17 de diciembre, donde se volvió a vivir una gran fiesta azul. El Bombillo conquistó el campeonato ecuatoriano de la temporada 2017, cerrando la final de vuelta con victoria 2-0 sobre Delfín.

Emelec llegó a esta final tras ser el ganador de la segunda etapa y enfrentó al Delfín, vencedor de la primera parte del torneo. En la final de ida, jugada el miércoles 13 de diciembre en el Estadio Banco del Pacífico Capwell, el Bombillo había vencido 4-2 a los ‘Cetáceos’.

El primer gol del partido definitorio, llegó cuando faltaba apenas un minuto para el final de la primera parte, Fernando Luna de tiro libre envió un centro al área que aprovechó Ayrton Preciado y de cabeza remató y la envió al fondo de las redes, abriendo el marcador del partido y ampliando la ventaja obtenida en la ida.

El marcador global era favorable para el objetivo de ser campeón, pero Emelec quería poner el broche final y a los 19 minutos del segundo tiempo Hólger Matamoros robó un balón en el centro de la cancha y la tocó para Brayan Angulo, que corrió y venció la marca de Chancellor, rematando y anotando el 2-0. En el global era un 6-2 a favor de los Eléctricos, que borraba todas las aspiraciones de igualar la serie para el Delfín.

El tiempo se cumplió y el árbitro pitó el final del partido, desatando la euforia de la hinchada emelecista presente en el estadio Jocay y en todo el país, donde se festejó la estrella 14 obtenida por el Bombillo. Los jugadores en la cancha se abrazaban con sus compañeros y cuerpo técnico mientras en las gradas se coreaba “Y ya lo ve, y ya lo ve, somos Campeones otra vez”.

El Club Sport Emelec conquistó su título de campeón #14, sesenta años después de conquistar el primer campeonato ecuatoriano. El ‘Bombillo’ fue campeón nacional en 1957, 1961, 1965, 1972, 1979, 1988, 1993, 1994, 2001, 2002, 2013, 2014, 2015 y 2017.

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