ESTADIO GEORGE LEWIS CAPWELL
Un sábado 20 de octubre de 1945, ubicado en la calle San Martín y Av. Quito, se inauguró el Estadio George Capwell, convirtiéndose en el primer estadio que le pertenecía a un club en el país. De allá para acá, ha tenido algunos cambios de apariencia que no sólo le dan la pinta de escenario moderno, es por infraestructura, ubicación y pasión con la que se vive el fútbol, uno de los mejores escenarios de América para la práctica del rey de los deportes.
Y si bien el estadio Cawpell nació en una etapa romántica, ese romanticismo no lo ha perdido con el pasar de los años y más bien , los cambios de apariencia, le han valido para que el amor entre la hinchada y su equipo crezca como la espuma.
Pero paradójicamente en su nacimiento no hubo tal romance, porque a pedido del presidente del club, el estadounidense George Capwell, el estadio sería para jugar béisbol… Lejos estaba de pensar que en aquel escenario, el fútbol pasaría a ser el deporte que atraería la atención de todos…
De aquella inauguración pelotera que puso al frente a las novenas de Emelec y Oriente, en el que claro está el “Gringo” que inició la historia azul formaba parte del equipo como receptor, con el fútbol como protagonista, las puertas se abrieron el 2 de diciembre del mismo año con el partido entre Emelec y una selección Manta-Bahía que ganaron los eléctricos por 5-4. Después vino el título local de 1946 para Emelec y un año más tarde, el 30 de noviembre de 1947, el Capwell se vistió de gala al inaugurarse el Sudamericano de Fútbol que contó con la participación de Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia, Paraguay, Colombia y el anfitrión Ecuador.
Para entonces la dirigencia de Emelec, desembolsó 2’000.000 de sucres, cifra fabulosa para aquellos años.
A punto de desaparecer
Lamentablemente con el paso de los años y el descuido, las estructuras de hierro, cemento y madera se fueron desplomando. En 1978 se proyectaba vender el “Capwell” a una firma constructora por la suma de 37’000.000, dinero con el que se pensaba financiar un colosal complejo deportivo. Dos edificios de departamentos y tiendas se levantarían en su lugar, un terreno de 19.000 metros cuadrados.
El complejo azul, en proyecto, contaba con una cancha de fútbol, seis de tenis, cuatro de baloncesto, cuatro de handball, dos de voleibol, un diamante de béisbol, una piscina olímpica, dos piscinas pequeñas, una casa club con salones para las sesiones del directorio, comedor, salones para recreación, gimnasio, baños, deportes internos, y un 10 % de áreas verdes y parqueos.
En 1982 la directiva presidida interinamente por Ernesto Falconí estuvo a punto de vender el Capwell al Banco Central por 60’000.000 de sucres. La idea era construir un centro comercial donde invertirían 500’000.000. Sólo la oposición férrea de hinchas, dirigentes y periodistas impidió que esta venta se concretara.
Realizador del sueño
Desde 1982 durante la presidencia de Alejandro Ponce Noboa se dieron varios intentos por renovar y rescatar el legendario “Capwell”. En junio de 1989 empieza a tomar forma la nueva casa azul. Nassib Neme Antón, presidente de Cluba, S.A. y hoy exitoso presidente titular de la institución, encara con dinamismo y decisión la idea hacer realidad un sueño.
El arquitecto Ricardo Mórtola Di Puglia, hincha acérrimo de Emelec, tenía a su haber tres proyectos para restaurar la vieja caldera. En1989 dio rienda suelta a todo el ímpetu que le despertaba aquella “locura” en la que Neme lo había embarcado gustoso.
Junto al arquitecto Luis Valero Brando, se convirtieron en los personajes de la reconstrucción que vio sus frutos definidos el 26 de mayo de 1991, día de la reinauguración a la que llegaron 28 mil aficionados, la capacidad total de la ampliación.
Un edificio que alberga 150 suites hacia el lado de General Gómez, la construcción total del campo de juego con su respectiva iluminación, sistema de drenaje, riego y equipamiento general. La remodelación de la vieja tribuna de la calle San Martín, constituyeron algunos de los aspectos más sobresalientes de esta obra que tuvo un costo de 1.800 millones de sucres.
Emelec vive y crece desde entonces en su estadio, donde están acondicionadas además las oficinas de la Comisión de Fútbol, consultorio médico, sala de clases y concentración, presidencia, secretaría, contabilidad, sala de sesiones, sede social, juegos de salón, salas de estar, palco de prensa, camerinos de primera, restaurantes, bares, ningún detalle ha sido descuidado en esta obra, orgullo de los ecuatorianos.
Una nueva ampliación
Tuvieron que pasar una serie de inconvenientes para que se diera una nueva ampliación del estadio Capwell. La propuesta de campaña en 1994, de quien hace poco terminara su periodos como presidente del club, Enrique Ponce Luque, no se cumplió en su totalidad. Si bien se llevó a efecto la realización de una fase de reconstrucción y no la ampliación a 45 mil espectadores como se prometió, previo al inicio de estos trabajos se suscitaron hechos que llevaron a que el equipo termine jugando en el estadio Modelo, debido a que se tumbaron los graderíos de la calle Pío Montúfar y la obra estuvo estancada por años.
El 2 de abril de 1999 se terminan las obras que consistieron en hacer una nueva bandeja que reemplazaba a la general de Pío Montúfar, con el incremento de preferencias, suites y palcos.
La construcción que desde hace cinco años la disfruta el hincha eléctrico tiene una capacidad para 4.500 espectadores que se dividen en 34 suites, 1.520 palcos y 2.500 preferencias.
César Torres
emelec.com.ec
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